Fuimos océano
salado
profundo trémulo océano
inundando
las costaneras
germinando
las praderas submareales
criando
la albacora y el erizo colorado.
Fuimos río cerro abajo
incontenible
transparente irrepetible río
cortando
la tierra creciendo la quebrada
Copa interminable de la tormenta
austral
¿Cuántas pampas hiciste trigal
o blanco
de flor de árbol frutoso?
Fuimos viento nuevo
vértigo
de la democracia
volando
sombreros inflando velas
soplando
el polen y la semilla encamisada
para
la germinación del amor colorado
Viento nortino del salitre austral
del ciprés.
Entonces vinieron las bombas
la pólvora
y la bota traidora
los
aviones y la Esmeralda y el tanque
Todos nacidos del trabajo del mar,
del río y del viento.
La mar perdió su salobre
le quitaron
sus peces para cortarnos
esa tierna
poesía en la arena
Plantaron falos de cemento
y expulsaron
a la pobladora costera
La sacaron de la brisa marina
y la
pusieron en la pampa yerta
Alto Hospicio
Alto Hospicio
Alto Hospicio.
El río adelgazó su cuerpo
le robaron
el ojo cristalino
que venía
observando el tiempo
Al Aymara sus venas cupríferas
Al Diaguita su Elqui y estrella
Al Lafquenche su desembocadura
machera
Todo lo esquilmaron.
El aire les permaneció un tiempo
con la
sobrevida obstinada del viejo
Finalmente lo acorralaron
lo vaciaron
del vergel
de las
quebradas
de las
dunas del peñón
donde
machaca el océano
Fuimos mar fuimos río y viento
y nuestra
unión era un océano
y nuestra
sangre los ríos
en la
espesura del bosque ancestro.
Vuelve tu sangre hoy
al
glaciar que señorea milenios
Vuelve tu carne
a
la corvina y la garra en el cerro
Vuelve tu palabra
a
nacernos en rebelde piélago.
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